El Perro Apalizado

Ayer vi en la tele como un hombre apalizaba un perro durante bastante rato y de vez en cuando cambiaba de instrumento de castigo, usaba tuberías, palos, mangueras, le dio la del pulpo, la verdad es que hasta para un salvaje insensible como yo fue demasiado, mientras, el vecino veterinario lo estaba grabando y con esas pruebas lo denunció.

Hoy en el juzgado, los vecinos del castigador lo aclamaban como a un héroe y al pobre veterinario lo insultaban y le pedían que se fuera del pueblo.

Esto me recuerda el caso de ese niño en no se cual pueblo que llegó al médico con desgarro anal y el padre explicó que estando en la ducha el chavalín se cayó, con tan mala suerte que su culete fue a parar al tapón del jabón, que le rompió el ojal, todo el pueblo le creyo y la tomaron con el médico.

Y es que cuando uno pertenece a una comunidad pequeña, que te conocen de toda la vida, que eres una bellísima persona, que pagas siempre una ronda en el bar, esa gente te defenderá a muerte antes de reconocer que uno de los suyos es un pederasta incestuoso masacraperros.

¿Habéis visto “Dogville”?